Debido a su elevada porosidad otorga un excelente coeficiente de aislamiento acústico. Donde el aire fluye, el sonido pasa. Pero como la celulosa es mucho más densa que la lana de vidrio, y al ser aplicada ingresa a todos los espacios (evitando que se formen puentes sonoros), proporciona una “reducción superior de la transferencia de ruido” a través de pisos, techos y paredes, que es una forma técnica de bloquear el sonido. Aislando tu casa con celulosa, evitarás la propagación del sonido entre ambientes o con el exterior y disfrutarás del bienestar de tu hogar.